El procedimiento comenzó el domingo a la madrugada, cuando el propietario del campo alertó a la Policía tras detectar movimientos sospechosos y escuchar el balido inusual de sus animales. Junto a los encargados del establecimiento, se dirigió hasta una zona del predio donde hallaron huellas que indicaban el ingreso reciente de personas con perros.
La sospecha de que podían estar ante un intento de faena clandestina movilizó de inmediato a una patrulla que se encontraba en la zona.
Al llegar al lugar, los policías se desplegaron en dos grupos: uno, con el dueño del campo, quedó apostado en el sector de un puente de paso obligado, mientras que el otro avanzó a pie hacia el interior del establecimiento para recorrer a fondo el terreno. La rápida organización fue clave para interceptar a los intrusos antes de que pudieran causar daños.
A los pocos minutos, los efectivos hallaron a dos hombres entre los pastizales. Iban equipados con linternas, portaban cuchillos de hoja grande, llevaban perros entrenados y se comunicaban mediante dispositivos de radio portátiles VHF. Cuando se les dio la voz de alto, intentaron huir campo adentro, pero fueron alcanzados y reducidos tras una breve persecución.
Los detenidos tienen 25 y 29 años y son oriundos de Viedma. El menor es albañil y el otro sujeto trabaja como carnicero, dato que no pasó desapercibido para los investigadores, que continuarán durante el transcurso de la jornada con rastrillajes para recabar más pruebas. Quedaron detenidos en la Comisaría 41° de San Javier, a disposición de la fiscalía de turno.
La presencia permanente de patrullas en las zonas rurales, sumada a la coordinación con vecinos y trabajadores del campo, demuestra ser una herramienta efectiva para prevenir el abigeato.